EL AMIGO DEL HOGAR
GUARANDA, 29-01-2012
CAMBIOS CULTURALES, TRANSCULTURACIÓN Y RESISTENCIA
Si consideramos el término “cultura” como la cultivación del alma o la mente “cultura animi”, según Cicerón; y, el conjunto de conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo de su historia, según Jean Jacques Rousseau, no cabe duda que los seres humanos desde sus inicios fueron adquiriendo su rol de identidad única y auténtica. En la lengua francesa del siglo XVIII aparece la palabra civilización como sinónimo de cultura (refinación de costumbres), que incluía a todos los pueblos, incluso a los más atrasados de la evolución social.
La cultura como máxima expresión de la identidad, más allá de las artes, la ciencia y la tecnología, constituye el modo de vida imperante en una sociedad, porque a través de ella, es posible manifestar el sentimiento de pertenencia territorial articulada por historia y estilos hereditarios propios de cada pueblo; la aculturación en cambio se refiere a la persona o grupo de personas que adquieren una nueva cultura; y, la transculturación entendida como la adaptación de ciertos rasgos de una cultura ajena como propios.
La resistencia a la aculturación y transculturación como manifestación de hechos humanos se mantiene visible y por ello estamos recurriendo a la reivindicación cultural manifestada a través de la identidad patrimonial que no solamente incumbe la riqueza ancestral de las grandes metrópolis o capitales de provincias, sino a todos los bienes, valores y símbolos culturales tangibles e intangibles de un pueblo, recinto o comunidad, expresados a través de las prácticas afines, ritos o estilos de vida, bienes muebles e inmuebles de carácter histórico, artístico, arquitectónico, ambiental, ecológico, arqueológico, antropológico, lingüístico, científico, tecnológico, documental, testimonial, bibliográfico, museográfico, manifestaciones y representaciones de la cultura popular, etc.
Nuestra provincia de Bolívar está situada sobre una extraordinaria riqueza histórica, potencialmente capitalizada en recursos agropecuarios y con una majestuosidad paisajística impresionante; pero etiquetada como “provincia pobre” por los cacicazgos politiqueros vinculados a los “sabios” del neoliberalismo y los illuminatis del neocolonialismo, que han obstruido por décadas y siglos la prosperidad de los pueblos y el aleccionamiento continuo de la educación sin valores y sin sentido de pertenencia geográfica desde escuelas, colegios y la propia Universidad Estatal, en deuda aún con la colectividad bolivarense.
Por todas estas circunstancias y en virtud del vigente Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización – COOTAD, en armonía con la Ley Suprema, referida a la promoción cultural, creemos que es urgente e imperativo que desde los GADs parroquiales y cantonales, se fomente la creación de la estancia cultural, donde se exhiban los objetos históricos tangibles y la galería de valores intangibles como demostración de aprecio, gratitud y ejemplo para las futuras generaciones; y, que desde estos mismos organismos se impulse la declaratoria de patrimonios culturales las edificaciones arquitectónicas, las rutas ancestrales y los puntos inframundo (piedras y montañas) expuestas al permanente abandono y la rápida extinción de sus existencias físicas.
Dr. Saúl Mayorga Puma, MSc.
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