GUARANDA 06-XI-2011
CONSTRUYENDO NUEVOS PARADIGMAS
La historia es la única rama del conocimiento que nos dice ¿qué fuimos en el pasado?, ¿qué somos en el presente? y ¿qué seremos en el futuro? En mis épocas estudiantiles, a finales de la década del 70, recuerdo con claridad meridiana que el pasaje diario entre Magdalena – Chimbo –San Miguel era de 2 sucres, pero a nuestro retorno teníamos que esperar la Flota Bolívar que salía de Quito a las 07H00 y pasaba por Chimbo a eso de las 15H00, es decir ocho horas de recorrido por la irregular vía Ambato – El Arenal – Guaranda, una red lastrada artesanalmente. Esta historia cambió a partir del año 1980 que se inauguró la nueva vía Ambato Guaranda como resultado del gran paro provincial del año 1975, con lo cual se redujo los tiempos al 50% y se incrementó el intercambio comercial entre estas dos ciudades interandinas.
Recuerdo también que hasta inicios de la década del 80, el transporte de agua a lomo de mula se fue reemplazando por tubería de plástico; el candil por la luz eléctrica; los consultorios médicos por los sub centros de salud y hospitales del Seguro Social Campesino; la construcción de casas de tapial o adobe por bloque de cemento o ladrillo; el bajo rendimiento de productos agrícolas por insumos y fertilizantes de suelos, así como el procesamiento de productos orgánicos e inorgánicos, etc.
Algo que ha llamado la atención y que significa un cambio favorable para la sociedad bolivarense ha sido la probable eliminación de esos viejos y petulantes paradigmas relacionados con la desigualdad social, bajo calificativos peyorativos de chagras, aldeanos o yungueños a los excluidos de las urbes de Guaranda, Chimbo, San Miguel, Chillanes, Magdalena, Asunción, Santiago, San pablo de Atenas, etc.
Tal vez nuestras generaciones antepasadas estuvieron tan subyugadas a los grupos dominantes del típico “guarandeñismo” o “chimbeñismo” que no les permitieron entender la verdadera cosmovisión del chagra derivado de un quichuismo también vulnerado y atropellado; término despectivo en algunos pueblos del Ecuador y de Latinoamérica, pero muy valorado y calificado en varios pueblos de Norte América y Europa por su extraordinario don de ser en lo ético, moral y en la actividad laboral, aunque todavía para algunos mediocres, “el ser un chagra de posibilidades e inteligente se lo debe en parte a la generosidad del patrón”. No ha sido fácil atomizar las supuestas adjetivaciones humillantes, sino hasta cuando los mismos imaginarios afectados hemos tomado como bandera de reivindicación social la decisión de aceptar ser CHAGRA o ALDEANO como parte identitaria de nuestras sagradas culturas ancestrales.
En la actualidad, este conflicto interétnico y de relación desequilibrada con los poderes dominantes, está llegando a su fin y somos los chagras a toda honra, que inyectados de autoestima y perseverancia, estamos rompiendo viejos dominios y construyendo nuevos paradigmas como un generoso legado para nuestras futuras generaciones.
Dr. Saúl Mayorga Puma, MSc.
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