EL AMIGO DEL HOGAR
GUARANDA, 19-02-2012
EL CARNAVAL ANCESTRAL DE LA PROVINCIA DE BOLÍVAR
La mejor manera de reencontrarnos con algunos indicios sobre el verdadero origen del carnaval de nuestras raíces ancestrales aún antes de la invasión española hacia las tierras del Imperio Chimbo que estaban regentadas por valerosas tribus de los chimbus, guarangas, guanujos, asancotos, chapacotos, etc., constituye la observación sobre la práctica de tradiciones que aún subsisten. Las parcialidades de estos poblados durante la segunda luna llena del año o luna azul (enero y marzo), festejaban a sus príncipes con rituales bailables, cantos vocalizados con instrumentos como la flauta, el pingullo, el rondador, la tambora y variedad de comidas, por un espacio de tres días.
Como para refrescar el conocimiento de nuestras parcialidades o culturas ancestrales, bien vale la pena recordar a nuestros amables lectores su identidad territorial en la provincia de Bolívar. En Guaranda: los cachisahuas, casaiches, cashiapambas, facundos, gradas, guanujos, guarangas, pircapambas, rayos, simiatugs, tomabelas, vinchoas, yacotos, etc. En Chimbo: los achachis, asancotos, chapacotos, gualasayes, pacatones, tanizahuas, etc. En San Miguel: Los chimas, guamalanes, lisos, quizacotos, rumipambas, sandalanes, sicotos, tumbucos, yaguis, etc. En Chillanes: Tribu del mismo nombre, bajo el mando de su cacique Chillán, los alagatos, bilovanes, changuiles, y pangores, etc. En Caluma: Los calumus primeras familias sedentarias de la región. Las Naves, habitados por vecinos costeños de las provincias de Los Ríos y Guayas como los wankavilcas. Echeandía, bajo la influencia de las culturas reconocidas como Chorrera, Milagro – Quevedo, Colorado – Cayapas, Guangala, etc.
Con la llegada de los españoles, esta celebración fue bautizada como el carnaval proveniente del latín “carnem levare”, que significa “quitar la carne” o inicio del período penitencial de la Cuaresma o “carnestolendas”, cuya festividad la obtuvieron de la antigua Roma, que fue complementado a los rituales indígenas con instrumentos musicales de cuerda, vestimentas multicolores, cantos en coro, bailes de pasos, el juego con agua, harina de maíz, bebidas y comida; que más allá de eso se ha convertido en un proceso de audaz aculturación como danzas satíricas muchas veces obscenas, carros alegóricos, etc. que han consolidado lo externo pero han castrado lo auténticamente nuestro.
Los festejos del verdadero carnaval de nuestros ancestros hasta décadas del 50 y 60 eran de total regocijo; una fiesta apoyada de cantos originales y acompañado de instrumentos musicales propios del lugar; un carnaval que concentraba a grandes grupos de hombres y mujeres de toda edad para cantar, bailar y compartir gratos momentos e incluso a través de sus coplas llegar a reconciliaciones y limado de asperezas. El día martes de carnaval se preparaba grandes banquetes a donde podían concurrir propios y extraños, dejando un gran recuerdo en anfitriones e invitados.
Cierto es que el carnaval de la provincia, a partir de la década del 60 se ha convertido en un gran atractivo para el turismo de los siete cantones y 19 parroquias rurales, inclusive de comunidades y recintos; sin embargo la penetración de modismos y transculturación de costumbres, además de la falta de valores agregados para recuperar ingentes gastos ha hecho de Bolívar, una provincia hospitalaria, pero de muchos egresos sin retorno.
Dr. Saúl Mayorga Puma, MSc.
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