jueves, 8 de diciembre de 2011

VIALIDAD DEL SUBTRÓPICO Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

EL AMIGO DEL HOGAR
GUARANDA, 11-XI-2011

VIALIDAD DEL SUBTRÓPICO Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Hace un mes, en recorrido por Caluma vía Potosí – Pueblo Viejo, a mi derecha pude observar un amplio ingreso de red pavimentada, que me obligó a estacionar el vehículo para averiguar su destino; se trataba nada más y nada menos que la vía asfaltada Caluma, Yatuví, San Gerardo y Echeandía, con un tiempo aproximado de 40 minutos de recorrido. Esta obra, sin lugar a dudas ha sido ejecutada por el gobierno de la revolución ciudadana, beneficiando a varias poblaciones adyacentes tanto para la explotación agropecuaria como para la reducción de tiempos, ahorro de combustibles y el incremento del valor de sus tierras. A esta importante ruta hay que agregar la flamante vía que une la parroquia Zapotal (Ventanas) y el cantón las Naves, con una longitud de 18 kilómetros, inaugurada recientemente por el prefecto de Los Ríos.

Una vez que concluí estos recorridos no he dejado de pensar seriamente en la vía Guaranda – Monjas – Caluma (64 kilómetros) en pésimas condiciones y echada al abandono ya que el asfalto sólo se deja desde Estero del Pescado hasta Caluma; igualmente, la red Caluma, la Alsacia, Telimbela, Magdalena, Chimbo (40 kilómetros) lastrada y en pésimas condiciones; y, qué decir, de la histórica Vía Flores, sumida en el silencio absoluto, así como, los enlaces Gualasay, Llama Quinche, San Nicolás, la Alsacia, Caluma (35 kilómetros hasta Chimbo) que de las simples propuestas no ha pasado ni siquiera al intento de llevar adelante sus estudios.

Otra de las cosas que me causó verdadero asombro fue el deplorable curso de la vía Caluma, la Esmeralda – Montalvo (22 kilómetros) pero al iniciar la provincia de Bolívar en límite con Los Ríos: desde Balsapamba hasta Guaranda se observa otro resplandor de ruta en buenas condiciones pero inconclusa.

Ahora, no solo preocupa la desigual atención vial ya sea por cálculos políticos o por oposición de determinados sectores fundamentalistas, sino la mayor afluencia de productos agropecuarios hacia los pueblos de la costa por las facilidades de acceso y la reducción de los mismos hasta los sectores del callejón interanadino donde se asienta la mayor parte de la población bolivarense. Lo mismo acontece con los productos de la serranía que fluyen para los mercados de Ambato, Riobamba, Babahoyo y Guayaquil antes que Caluma, Echeandía y Las Naves.

Si la propia Constitución de Montecristi, proclama de manera abierta un régimen de soberanía alimentaria coherente y equitativa, que en la práctica no es más que una simple declaración de principios similar a la letra y música de un pasillo, tonada o San Juanito.

Es lamentable que nuestra provincia de Bolívar no tenga una sola vía asfaltada de enlace directo entre el frío andino y el subtrópico, pero más lamentable y hasta vergonzoso resulta observar a cada trecho grandes letreros con leyendas “Obras son Amores” en carreteras que ni siquiera tienen la apariencia de caminos vecinales.

Dr. Saúl Mayorga Puma, MSc.

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