GUARANDA, 14-10-2012
LA COMUNICACIÓN
SOCIAL Y LOS MAESTROS DE CEREMONIA
Quizá el tema referido como profesión o carrera no sea el
mejor atractivo del momento por la efervescencia política que vive la provincia
y el país, sin embargo creemos que la articulación entre la comunicación social
y los cambios sociales obedece a una infinidad de contenidos de los que no
podemos sustraernos los directamente comprometidos día a día con nuestros
apreciados y respetables lectores.
En esta columna no me refiero al proyecto de Ley de Comunicación
en la que de una u otra manera se pretende reducir la plena libertad de
pensamiento y opinión de los ciudadanos, sino únicamente reconocer que así como
los hay profesionales del periodismo de calidad y excelencia, así también
existen aquellos vociferadores de la palabra con la etiqueta de comunicadores
sociales que confunden la ética de la entrevista con el debate directo; las
preguntas dirigidas para quemar al entrevistado y favorecer al personaje de su
dependencia; convertir en negocio de la comunicación a través del “aletazo” por parte de los entrevistados;
interrumpir las ideas del invitado cuando no son convenientes a su interés o
agrado de los dueños del medio, etc.
Un buen comunicador social es aquel que no tiene
compromisos, afectos ni desafectos con
nadie, aquel que cumple con lealtad los principios deontológicos de su
profesión y se esmera por ser siempre mejor; se prepara para cada entrevista o
conducción de paneles y se rodea de asesores cualificados que le proveen
material bibliográfico de actualidad y de primera. Un periodista ético se
distingue del inmoral como esa diferencia encontrada entre el hombre
equilibrado con el domesticado. Da vergüenza ajena escuchar a “periodistas” que
no tienen un poquito de escrúpulo cuando se atreven hacer comentarios de algo
que no tienen conocimiento como cuando les toca deducir temas de historia,
geografía, genealogía, toponimia, antropología, antroponimia, arqueología, etc.
Igual situación acontece con los maestros de ceremonia en
actos sociales, culturales, deportivos, cívicos y en las grandes comparsas del
carnaval, que desde luego algunos son muy buenos y tienen conocimiento de lo
que dicen, pero otros en cambio hablan y hablan de manera improvisada, peor
cuando se trata de acertar fechas, personajes, costumbres y culturas
ancestrales, es ahí donde se observa las debilidades y hasta la mediocridad del
conductor de ceremonias.
Cada palabra, cada frase prosódicamente pronunciada tanto
por el comunicador social como el maestro de ceremonia tiene su propio valor
cualitativo y cuantitativo tanto para el oído receptor como para el ojo visor,
más allá incluso de su vestimenta y su dominio del lenguaje corporal, por lo
que se recomienda preparar anticipadamente y evitar la improvisación como lo
hacen muchos periodistas y maestros de ceremonia cuando se trata primero de
saludar y recordar los antecedentes históricos del lugar de donde dirigen su
palabra. “La libre comunicación de los pensamientos y las opiniones es uno de
los derechos más preciados por el hombre” (Francois de la Rochefoucauld).
SAÚL MAYORGA
PUMA
Chapacotense de Pura Cepa
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