EL AMIGO DEL HOGAR
Guaranda, 01-07-2012
¿SEPULTAR
LA VIEJA PROVINCIA?
Hemos cumplido 128 años de
supuesta emancipación política de nuestra provincia de Bolívar en medio de
múltiples celebraciones aniversarias; regocijo y alegría para unos, nostalgia e insatisfacción para otros; lo que
hace presumir que no todo fue color de rosa, salvo las festividades
carnestolendas de una tradición totalmente aculturada e invadida de modismos
esquizofrénicos; un pájaro azul promotor de ánimos temporales pero generador de
un desgano permanente; y, la mal llamada centralización de acciones en la urbe
capitalina, impugnada y objetada por muchos ciudadanos guarandeños.
Si bien es verdad, de la
provincia de Bolívar hemos salido alrededor de 400 mil ciudadanos o al menos
tenemos raíces identitarias, no obstante, muy pocos hemos hecho gestión desde
la capital de la República
y últimamente la decisión tomada de emprender nuestro retorno para recomponer
lo erróneo porque no toda ha sido malo – hay que reconocerlo – una vieja
provincia con servicios básicos, educación, salud, infraestructura deportiva,
salubridad, ornato de urbes, red de caminos vecinales, no de calidad ni
excelencia pero al menos lo necesario para cubrir las necesidades prioritarias.
Una vieja provincia que
merece ser sepultada para siempre, aquella con emancipadores que sólo se
preocuparon por el bienestar de sus familias, ante la indiferencia total hacia
nuestros antepasados que ni siquiera consiguieron llamarse ciudadanos porque no
llegaron a leer ni escribir; nacieron analfabetos y murieron analfabetos,
entonces ¿merecimos o no fraccionarnos primero del gran Imperio Chimbo y luego
de la provincia de los Ríos?
Aquella vieja provincia,
donde los antivalores se convirtieron en valores a tal punto que había que
elegir al que hace obras aunque robe; una vieja provincia, donde todavía
subsiste la discriminación territorial y se confunde la identidad cultural de
los seres humanos con las adjetivaciones peyorativas de chagra, aldeano,
campesino, indio, cholo, montubio, negro, longo, mestizo, etc.; esa vieja provincia
donde el odio, el egoísmo, la mentira, el centralismo y la indiferencia son el
pan de cada día entre urbanos y campesinos llegando a tal extremo que en 20 o 30 Km. de longitud ni
siquiera nos conocemos peor pensar en ser amigos, ya que esa antigua práctica
todavía perdura en pequeña escala en algunas urbes como Guaranda, Chimbo y San
Miguel de Bolívar; una vieja provincia donde los talentos del campo no han
tenido espacios ni libertades para desenvolverse académica y profesionalmente,
prefiriendo que sean de otros lares los que nos den haciendo las cosas; una
vieja provincia donde los politiqueros han hecho de las suyas aprovechándose de
la sinceridad e inocencia de nuestros pueblos, el oportunismo transformado en
su mejor aliado y la pesca a río revuelto, su mejor estrategia; esa vieja
provincia hay que sepultarla para siempre y empezar por una nueva, donde
hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y viejos, blancos y negros, mestizos
y españoles, todos, absolutamente todos, construyamos nuestro futuro en función
de saberes propios, con equidad y plena participación democrática de todos
hacia todos.
SAÚL
MAYORGA PUMA
Chapacotense de Pura Cepa
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