jueves, 28 de abril de 2011

EL PODER DE LA UNIDAD FRENTE A LAS CRISIS

EL AMIGO DEL HOGAR
GUARANDA 01-05-2011

EL PODER DE LA UNIDAD FRENTE A LAS CRISIS

Amigo lector, ¿alguna vez ha sentido la ausencia de la solidaridad humana en momentos de desesperación, angustia o crisis emocional?, por supuesto que sí. El mejor ejemplo de unidad nos suministra el propio entorno natural, así las colonias de hormigas arrieras que recorren extensas superficies, cruzan puentes para almacenar sus alimentos y hacen todo lo que está a su alcance para cumplir el trabajo sin importar los obstáculos que se le presenten; de igual manera, los arbolitos de un bosque que se protegen entre sí, de los vientos huracanados y fusionados con sus ramas, evitan caerse.

En geopolítica mundial, qué decir de aquellos países como Alemania, Italia y Japón que luego de la Segunda Guerra Mundial quedaron devastados e inmediatamente se recuperaron; de los Estados Unidos, forjadores de grandes imperios económicos, de Chile en el terremoto de febrero del 2010, con una magnitud de 8,8 MW y de los valientes 33 mineros que quedaron atrapados a 700 metros de profundidad en agosto del mismo año y que sólo unidos pudieron ser rescatados con vida; aquella unidad de los ecuatorianos cuando en la guerra del Cenepa demostramos al mundo que éramos competentes de todo al grito unísono de “ni un paso atrás” para defender nuestros territorios; o, cuando la tricolor nacional, al grito de “si se puede” ha roto todos los mitos futbolísticos ganándoles a equipos supuestamente invencibles.

Estos paradigmas de unidad deberían ser aplicados o al menos liderados por amas de casa, maestros, estudiantes, transportistas, intelectuales, profesionales, empresarios, comerciantes y trabajadores en general para participar como actores directos y ser parte del control social de la cosa pública, invocado en reiterados pasajes de la “mejor Constitución del mundo”, como un medio de combate a la corrupción, injusticia, ignorancia, impunidad y pobreza.

Necesitamos una buena dosis de optimismo, honor y gran valentía, empezando por nuestros hogares, barrios, recintos, comunidades, parroquias, cantones y provincias para fortalecer esa unidad monolítica que nos permita enfrentar y acabar con todos esos altos índices de inseguridad ciudadana, la ausencia de obra pública, la indiferencia e ineptitud en los servicios públicos, el irrespeto a los valores tangibles e intangibles de la cultura de nuestros pueblos ancestrales y milenarios, la falta de acción de los representantes designados en las urnas y el incumplimiento permanente de las leyes.

La Constitución de Ciudad Alfaro, en su artículo 66, numeral 13 nos garantiza el derecho de asociación, de reunión y manifestación; de igual manera, la seguridad jurídica (Art. 82) y el derecho a la resistencia (Art. 98) cuando las acciones u omisiones estatales trastocan los derechos ciudadanos irrenunciables constitucionalmente.

Entonces, antes que gastarse varios millones de dólares en consultas innecesarias que no resuelven problemas acuciantes de una injusticia impune y maloliente, mejor sería crear esa cultura de unidad de todos los ecuatorianos por nuestro bien y por el de nuestras futuras generaciones. La minga como costumbre ancestral tenemos que rescatarla y utilizarlo como medio para frenar el abuso del poder, la falta de atención a nuestros derechos y el riesgo cada vez inminente de nuestras vidas. La historia demuestra que solos no llegamos a ningún sitio, por eso siempre se dice “que la unión hace la fuerza” o “unidos somos más”.

SAÚL MAYORGA PUMA

No hay comentarios: